martes, 30 de junio de 2009

El Secreto de la Casa Pirie



Fraser Pirie con su estilo ameno y refrescante narra varios secretos e historias del edificio que hoy es conocido como Casa de la Ciudad pero hace algún tiempo se le llamaba Edificio Pirie y a principios del siglo XX era La Casa Pirie.


Esta bella casona ubicada frente a lo que en un tiempo fue la Iglesia de San Nicolás, luego iglesia del Carmen y actualmente Catedral de Cartago es el personaje principal en esta narración.


¡El Secreto de la Casa Pirie! Por Fraser Pirie


La ahora conocida Casa de la Ciudad, le pertenecía a unos curas. En 1895-1900 el Doctor Alexander Pirie Booth la compró y sobre sus paredes gruesas de casi un metro de ancho, le construyó una segunda planta. En la esquina utilizó una habitación para botica. Llegaría a ser la recordada Botica Pirie. Porque se recordará que no había doctores en Costa Rica, y los pocos eran extranjeros. Por fuera, todavía esta una especie de escudo de armas, que posteriormente fue rellena de mortero tapando la leyenda, "Botica Pirie".


Es una casa con historia, con mucho que contar. Cuando el Doctor llegó por primera vez a este suelo, lo fue por accidente. El había escuchado sobre Chile y su avance, por lo que decidió salir a conocer mundo. Solamente que frente a Limón la nave tuvo averías y tuvieron que llegar a Port Limón. En 1889, este puerto era americano y respondía únicamente a las necesidades de la importación de rieles y equipo para la construcción de la mayor obra civil de la historia de Costa Rica, la cual fue la línea de tren de Cartago a Limón. Quizás aburrido en este puerto, se fue a la punta de línea que había llegado hasta Siquirres. De Siquirres se fue en burro y un guía hasta por fin salir a los Llanos de Santa Lucía y Cartago. En esa travesía de tres semanas subiendo por la cuenca del Río Reventazón se enamoró de las montañas verdes, la jungla colgante, la neblina por las tardes y la exuberante vista. Al llegar a Cartago, fue también una bendición para los lugareños, porque por primera vez podrían consultar con un verdadero doctor. Simplemente no había doctores.


Los primeros dos años la pasa pensando si de verdad le gustaba el país y Cartago en particular. Pero algo lo hacía quedarse y en fin decidió quedarse para el resto de su vida. De esta manera decidió quedarse y traer a su joven esposa que quedaba a su espera en Canadá. En ese largo plazo de dos años, un día en 1907 por fin llegó la señora Pirie. De cuerpo mediano y austera, parecería como algo seca para nosotros en esta época. ¡Ese primer día y el segundo día en Cartago hubo guerra en ese hogar!


"¿Quienes son todas estas personas comiendo en esta casa?", exigía saber la señora muy molesta. Bueno, es que el buen doctor se hacía acompañar para su cena de compañeros y amigos que tenía en Cartago. "Bueno, en realidad no estoy muy seguro quienes son", le contesta.¡"O se van ellos de inmediato, o me regreso para Canadá mañana mismo"! Así impuso el orden en aquella casa y los amigos del doctor no volvieron más.


Juan Largo reconstruye la casa: El hermano de la señora Pirie, o Nana como la conocimos nosotros, era un ingeniero civil canadiense, llamado Graham Bertram. Un hombre muy alto, se le conocería más fácilmente en Cartago, como Juan Largo. Al tener noticias de la destrucción de la ciudad y los daños severos decidió tomarse la aventura de venir a conocer a Costa Rica. El 2 de noviembre de 1910, partió de Canadá llegando el 19 de noviembre a Cartago. El viaje en tren a Nueva York y luego por vapor a Limón.


Al inspeccionar los edificios, empezó la ardua tarea de reforzar de nuevo las paredes de la planta baja. Paredes algunas de 14" a 26" pulgadas de ancho. Los arcos y las viguetas, el cielo raso, y todas las paredes fueron revisadas y reforzadas. El piso de ladrillo de la planta baja fue removido. Partes de madera fueron eliminados y reforzados con viguetas de acero. Las paredes fueron reforzadas con ángulos metálicos para darle más consistencia. Luego las paredes se empapelaron y los pisos los rasparon para reconstruirlos totalmente. Afuera se construyeron nuevas tapias de ladrillo y terminados con hierros de lujo. En la segunda planta, los arcos de ladrillo fueron eliminados y colocaron piezas de madera y acero. Luego se repellaron todas las paredes. La única pared que se cayó fue la de atrás y todavía hoy, se aprecia una pared posterior de madera.El 1 de agosto de 1912, las obras quedaron concluidas y el 23 de agosto de ese mismo año, partió de Costa Rica. Juan Largo se fue a trabajar a Juárez en el norte de México en el diseño y construcción de puentes para una nueva línea de tren. ¡Únicamente que para febrero del año siguiente tuvo que salir huyendo de México, a consecuencia de que andaban fusilando a los extranjeros, todo a consecuencia de los disturbios de un bandido llamado Doroteo, o mejor conocido también como Pancho Villa! Los Nuevos Inquilinos:Mi padre había nacido en Cartago en la casa de sus padres, la muy noble y leal metrópolis de antes. Pero Judith era una canadiense que venía acompañando a su marido a extrañas tierras. Era su deber acompañar a su marido en una nueva gesta de su vida. De joven, lo habían enviado a estudiar a Canadá. Durante los tres meses de vacaciones de junio a septiembre de cada año, viajaba por barco y cruzando el nuevo Canal de Panamá, llegaba al puerto de Puntarenas. Del barco lo recogían con una lancha de remos y así llegaba a la costa. De ahí era más fácil subir a San José en tren y de inmediato hacer el trasbordo a la Northern para llegar finalmente por la tarde a Cartago. Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó, y el ejército civil de Canadá fue desmovilizado, mi padre Alejandro Pirie Bertram se preparó para regresar también a la vida de civil y regresar a las tierras cálidas de Costa Rica. Para su regreso a Costa Rica, se fue con su joven esposa Judith Robson desde Toronto a Nueva York por tren y ahí tomaron un barco bananero de la United Fruit Company, hasta Panamá. Ya en Panamá tomaron el vuelo a San José aterrizando en La Sabana.
En una mañana cálida de verano, precisamente en marzo de 1948 llegaron al aeropuerto internacional de Costa Rica, en La Sabana. El vuelo venía como era acostumbrado desde Panamá. Aterrizó el DC-3 en el llano de La Sabana. Ahí los recogieron en el automóvil de la Embajada Británica (¡porque Canadá seguía siendo una colonia inglesa!) y en el carro oficial de Su Majestad salieron para Cartago. Costa Rica sufría una guerra civil y como mis padres venían desde Canadá fueron ayudados por la Embajada Británica.


De camino por la antigua vía a Cartago, se pasaba primero a San Pedro y luego a Curridabat. De Curridabat se iba para San Diego y se llegaba a Tres Ríos. También se seguía más para adelante por la ahora vía a San José. A la altura de la Estación Experimental El Alto, un piquete del ejercito Calderonista o gobiernista les hicieron el alto. Aunque iban en carro de Su Majestad, los mariachis les sacaron las maletas y con la bayoneta alzaban prenda por prenda de la señora. Después de esa indignación pudieron pasar hasta Cartago. Ahí se hospedaron en la casa del papá o sea la ahora Casa de la Ciudad.


Para el año 1948, la Guerra Civil estaba en todo su apogeo y Cartago era el centro de toda la actividad. Como la casa era de dos pisos, un día un pelotón de mariachis llegaron a despedazar un taller de bicicletas contigua a la antigua Soda la Nevada al costado oeste del ahora Bancredito. Entonces mi madre salió al balcón a regañarlos en inglés. Para sorpresa de ella, el jefe del pelotón se volvió y en excelente inglés le replicó, ¡"Métase de nuevo a la casa sino la pasamos de bala"! Muy rápidamente se volvió a meter. Los días en la Casa de la Ciudad fueron encendidas, porque una tarde a las tres tomando té estaba mi madre con su suegra la señora Pirie, la esposa del doctor, y se tuvieron que lanzar al suelo, porque estaban los mariachis disparando y las balas pasaron por dentro de la casa. La casa había soportado bien el terremoto, y ahora recibía balazos de los mariachis.


El Secreto de la Casa:Un día mi padre llamó a mi mamá y le habló de secreto de la otrora casa Pirie, ahora la Casa de la Ciudad. La casa en sí tiene un secreto oculto durante tantos años. Moviendo a un lado un mueble en la antigua botica, bajaron por unas gradas al sótano. El polvo estaba en capas sobre las gradas y una espesa nube de polvo se levantaba con cada paso. Bajando las gradas llegaron a una puerta metálica. Ahí señalaba mi padre está el túnel que pasa por debajo de Cartago.


"¿Como puede ser eso? ¡Un túnel por debajo de toda la ciudad"! "Si, esa puerta no se ha abierto en muchos años, pero pasa por debajo de la calle y se llega a la Iglesia de en frente". Era la Iglesia de San Nicolás, ahora conocida como El Carmen."De la Iglesia sigue y llega al Cine Apollo. Del Apolo pasa por el centro del Parque Central y a las Ruinas de Cartago".


Entonces usando una pequeña cuchilla de bolsillo, empezó a probar la viga de madera sobre la cual está asentada la casa. La madera ya estaba muy deteriorada. En la segunda planta se puede apreciar como ya el piso tiene una mayor inclinación.


Muchos cartagineses mayores, recuerdan abriendo la compuerta del kiosco y bajando unas gradas al túnel. De las Ruinas, el túnel sigue pasando por el Convento y se pierde en la lejanía. También decían que ese túnel terminaba allá en la finca Lankaster. Dicha propiedad luego fue adquirida por don Sergio Castro y sellada la salida con material de un tajo que opera en sitio. La misma historia comenta como Ana Cleto Arnesto subía a su protegido el General Morazán por las noches. Alguien supo de la historia e informó y fue puesto bajo arresto. Luego el héroe de la integración centroamericana sería fusilado en San José. La casa de Ana Cleto llegaría en un futuro a ser el Cine Apolo. Otros han dicho que son varios los túneles por debajo de la ciudad, con ramificaciones a diferentes lados. Se puede apreciar como en la antigua Costa Rica, era importante poder tener acceso a la Iglesia con el fin de lograr la amnistía o la protección de la Iglesia. Quizás por eso los padres mantenían el paso secreto de la antigua casa a la iglesia. Los túneles también tenían su lado oscuro, ya que servían para esconder lo que no era correcto demostrar en la superficie. Secretos oscuros para unos, aventuras para otros, misterios para nosotros.


La Municipalidad de Cartago, debería investigar los túneles de Cartago, y abrirlos para el turismo. Lo mismo como en la ciudad de Roma, se visita las catacumbas de los cristianos al sur de la ciudad.


Una tarde mi madre oyó claramente donde su padre la llamaba. ¡"Judith!", le gritaba desde la distancia. Ella respondió instintivamente, ¡"Si, aquí estoy!", como lo hace uno cuando lo han llamado.


Pero ella y su marido se quedarían perplejos porque al preguntarle el porqué del grito, ella diría que su padre la había llamado. Horas después, la operadora de teléfono en San José le reportaba una llamada en espera para las 8:00 de la noche. Una llamada de larga distancia era muy complejo en ese tiempo y era muy especial. Que estuvieran pendientes para atender la llamada. Esa noche, unas horas más tarde llamaban desde Canadá para informarle de la muerte de su señor padre. A una distancia de cinco mil kilómetros, ella lo había escuchado.


Para este matrimonio la casa tuvo un desencanto mayor, cuando una noche fueron a la habitación para ver cómo estaba el bebé y mi padre encontró una gran rata encima de la cuna viendo con especial interés al indefenso bebé. Con una fuerte patada golpeó la rata y desapareció por un hoyo en el piso. Pero el desencanto fue real porque sabían que por los famosos túneles eran que subían las ratas. En 1951, decidieron mudarse a la casa de la finca en Agua Caliente de Cartago.
Así se fueron los Piries de la Casa de la Ciudad. Un año después la Gobernación de Cartago compró el inmueble el cual llegaría a formar parte del patrimonio institucional del Tecnológico de Cartago. Con la salida de la familia, el Gobernador, don Orontes Gutiérrez dispuso dejar guardas de noche para la vigilancia. Pero seguía el problema porque la Casa no estaba en paz.


Aterrorizados los guardas preferían renunciar a quedarse una noche más en esa casa. Un hombre pelirrojo se les acercaba y lo habían visto en la segunda planta. El problema persistió durante mucho tiempo. Posiblemente era alguno que no lograba pasar a la luz de Dios.


A los años se instaló en la casa continua, o sea a la par en la casa de don Alfredo Pirie, la Unidad Sanitaria. Durante años la casa permanecía sola y en silencio. ¡En los 70´s, me llamaron por teléfono que habían encontrado algo en las bodegas de atrás! Me fui volado para Cartago, y me obsequiaron una foto antigua de la graduación como médico de mi abuelo allá por 1870 de la Universidad de Queens, en Canadá. Un regalo preciado. Al encontrar esa foto que pasara años en una bodega, señala como la casa estaba prácticamente en desuso.


¡Pero dichosamente, las fuerzas vivas culturales de la amada ciudad de Cartago, la que fue muy leal y ha sido muy noble atraves de sus 500 años de historia, han rescatado el inmueble y hoy día es la bella Casa de la Ciudad! ¡Bueno, fue la única casa que soportó el terremoto y luego recibió balas durante los días difíciles de 1948! Hoy día recibe a los turistas, a los artistas, y a todos aquellos que preservan la vida y la cultura de las generaciones de la bella Ciudad de Cartago.

Fraser PirieAguacal1@yahoo.com

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