Casa Pirie (principios 1900)
Hoy Casa de la Ciudad
Mediante decreto No. 16983-C, Gaceta No. 87 del 12 de 1986 se declara reliquia de interés histórico cultural el edificio conocido como Pirie, cantón primero de la Provincia de Cartago.
Es el último de los edificios que sobrevivió a los terremotos de Cartago. Resistió también la mano destructora del hombre en su descuidado desarrollo urbanístico. Ha sido a través de los años un hito importante en la vida de Cartago. Hace algunos años fue trasformado, en un centro cultural que ha demostrado su potencial de forma inequívoca.
Cuenta con 28 locales, patios, corredores, un tune en misterio y en su fachada de arquitectura francesa destacan sus balcones.
La historia de unos emigrantes
En 1894 llegó al puerto de Limón la familia Pirie de origen inglés, quienes iban rumbo a Perú. El barco tuvo algún percance y tuvo que quedarse en Limón. A la espera de la reparación del barco, el doctor Alexander Pirie llegó hasta Cartago y se encontró con un lugar sumamente atractivo. Decidió quedarse a vivir en el Valle, compró una casa hermosa en la ciudad, casa propiedad del sacerdote Fulgencio Bonilla que al parecer se había empezado a construir alrededor de 1882. El edificio costaba entonces únicamente de su planta baja, en 1900 se terminó la edificación de la nueva planta alta.
Con el paso del siglo, la casa dejó de ser residencia de un médico, para constituirse en un verdadero centro médico. No solo el doctor Alexander Pirie sino también sus hermanos e hijos se dedicaron a la profesión; además la casa fue ocupada por consultorios médicos de algunos canadienses que estuvieron ubicados en Cartago a finales del siglo pasado y comienzos del presente. Tan importante ha sido el rol jugado por el edificio en el campo de la salud que en la década de los 50, se ubicó en él la Unidad Sanitaria del Ministerio de Salud. Su identificación con la medicina y salud va más allá todavía; en la esquina Este estuvo durante mucho tiempo el mobiliario y los utensilios tradicionales. Parte del mobiliario que se incorporó al espacio de madera estable, todavía se encuentra en el edificio, incrustado en las paredes y las ventanas. Esa farmacia era la alegría de los más chicos porque poseía unos espejos mágicos que alteraban la forma de la imagen de quien se reflejaba en ellos. Allí, detrás del mostrador de madera, estuvo don Willie Pirie, hijo de don Alexander, quien estudió medicina en Inglaterra y se convirtió en un personaje histórico de la ciudad de Cartago. Debido a a él, se le atribuye el haber introducido el fútbol a Costa Rica, entre 1903 y 1906 a su regreso a Inglaterra.
El año 1949 marca el paso entre esta función importante en el campo de la salud ligada a la iniciativa privada y una creciente importancia del edificio desde una perspectiva institucional y pública. Ese primer paso ocurrió cuando se reunió en el edificio la Junta de Gobierno, recién pasada la revolución del 48. Fue entonces cuando el gobierno lo compró a la familia Pirie y lo pasó a la Gobernación de Cartago. El edificio fue así, con el paso de los años, sede de la Gobernación de la Municipalidad de Cartago y la Unidad Sanitaria del Ministerio de Salud, antes de pasar a ser sede del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Nace la Casa de la Ciudad
En octubre de 1987, el edificio Pirie inauguró una nueva etapa, estableciéndose como la Casa de la Ciudad de Cartago, porque como afirmaba Rafael Bolaños, director de la misma, en aquel momento: Sentimos la necesidad de un sitio que verdaderamente albergara y estimulara, diera apoyo y asesoría, que contribuyera al desarrollo de los fines que persiguen organizaciones sociales, artísticas, deportivas y de todo tipo.
Para este uso social vinculado con la comunidad, tuvo sus antecedentes en el desarrollo de un ambicioso proyecto cultural para el Valle del Guarco.
Desde marzo de 1984 a febrero de 1985 fecha en que se realizaron los Juegos Deportivos Nacionales de Cartago bajo la coordinación de don Rafael Bolaños, el Pirie funcionó como sede de la organización de la actividad. Desde entonces se realizaron las primeras experiencias artísticas consistentes en exprosiciones y cursos en el campo de la plástica. Posteriormente, la Municipalidad de Cartago solicitó al Tecnológico la devolución del edificio, con la intensión de albergar en él oficinas y responder a las peticiones de organizaciones sociales que estaban buscando local. En ese entonces, don Rafael Bolaños fungía como Director del Departamento de Cultura y Deporte del Instituto Tecnológico.
Fue cuando tomó la iniciativa de crear una comisión para que elaborara un proyecto integral que le diera un uso valioso al edificio. Ya como Casa de la Ciudad, en octubre de 1987, se realizaron algunas exposiciones.
Ya en 1988 hicimos un programa formal. Se organizaron 15 exposiciones en el campo artístico, histórico y científico. Para la celebración de los 45 años de fundación de la ciudad de Cartago, se trajeron muchos documentos de Archivos Nacionales de los museos, fotografías, vestimentas, etc. Quedraron registradas unas 18000 personas. En total con 15 exposiciones logramos registrar 35.930 personas.
Gran proyección socio-cultural
La Casa de la Cultura en un corto período ha logrado tener una gran injerencia en la vida social y cultural de Cartago. Desde que abrió sus puertas a las organizaciones existentes, las demandas se multiplican. Gracias a su existencia, las posiblidades para los grupos y los servicios se han extendido hacia la comunidad. Para mcuhos grupos artísticos la existencia de la Casa de la Ciudad ha sido fundamental.
Durante 1988, 6 grupos de danza y 5 de teatro se reunieron regularmente y aprovecharon la infraestructura para desarrollarse y crecer. Ese año funcionaron ocho grupos de teatro. La actividad en este campo ha sido particularmente significativa gracias a la dedicación que le brindó Fernando Vinocour, promotor cultural que colaboró con la Casa de la Ciudad respondiendo al interés de otra de las institucioens que colabora en el proyecto: la Dirección de Cultura del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. En poco tiempo se logró el establecimiento de una sala de teatro.
Desde años atrás. Cartago cuenta con una programación estable. Después de muchos años sin poseer un teatro, Cartago empezó nuevamente a soñar con la presencia de las compañías que llegaban desde el extranjero para presentarse en el Teatro Apoyo antes de proseguir hacia San José. Ahora, gracias a la disponibilidad de espacio, existe y se fortalece la posibilidad de crecimiento de una nueva generación de autores en la ciudad de Cartago.
Es el último de los edificios que sobrevivió a los terremotos de Cartago. Resistió también la mano destructora del hombre en su descuidado desarrollo urbanístico. Ha sido a través de los años un hito importante en la vida de Cartago. Hace algunos años fue trasformado, en un centro cultural que ha demostrado su potencial de forma inequívoca.
Cuenta con 28 locales, patios, corredores, un tune en misterio y en su fachada de arquitectura francesa destacan sus balcones.
La historia de unos emigrantes
En 1894 llegó al puerto de Limón la familia Pirie de origen inglés, quienes iban rumbo a Perú. El barco tuvo algún percance y tuvo que quedarse en Limón. A la espera de la reparación del barco, el doctor Alexander Pirie llegó hasta Cartago y se encontró con un lugar sumamente atractivo. Decidió quedarse a vivir en el Valle, compró una casa hermosa en la ciudad, casa propiedad del sacerdote Fulgencio Bonilla que al parecer se había empezado a construir alrededor de 1882. El edificio costaba entonces únicamente de su planta baja, en 1900 se terminó la edificación de la nueva planta alta.
Con el paso del siglo, la casa dejó de ser residencia de un médico, para constituirse en un verdadero centro médico. No solo el doctor Alexander Pirie sino también sus hermanos e hijos se dedicaron a la profesión; además la casa fue ocupada por consultorios médicos de algunos canadienses que estuvieron ubicados en Cartago a finales del siglo pasado y comienzos del presente. Tan importante ha sido el rol jugado por el edificio en el campo de la salud que en la década de los 50, se ubicó en él la Unidad Sanitaria del Ministerio de Salud. Su identificación con la medicina y salud va más allá todavía; en la esquina Este estuvo durante mucho tiempo el mobiliario y los utensilios tradicionales. Parte del mobiliario que se incorporó al espacio de madera estable, todavía se encuentra en el edificio, incrustado en las paredes y las ventanas. Esa farmacia era la alegría de los más chicos porque poseía unos espejos mágicos que alteraban la forma de la imagen de quien se reflejaba en ellos. Allí, detrás del mostrador de madera, estuvo don Willie Pirie, hijo de don Alexander, quien estudió medicina en Inglaterra y se convirtió en un personaje histórico de la ciudad de Cartago. Debido a a él, se le atribuye el haber introducido el fútbol a Costa Rica, entre 1903 y 1906 a su regreso a Inglaterra.
El año 1949 marca el paso entre esta función importante en el campo de la salud ligada a la iniciativa privada y una creciente importancia del edificio desde una perspectiva institucional y pública. Ese primer paso ocurrió cuando se reunió en el edificio la Junta de Gobierno, recién pasada la revolución del 48. Fue entonces cuando el gobierno lo compró a la familia Pirie y lo pasó a la Gobernación de Cartago. El edificio fue así, con el paso de los años, sede de la Gobernación de la Municipalidad de Cartago y la Unidad Sanitaria del Ministerio de Salud, antes de pasar a ser sede del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Nace la Casa de la Ciudad
En octubre de 1987, el edificio Pirie inauguró una nueva etapa, estableciéndose como la Casa de la Ciudad de Cartago, porque como afirmaba Rafael Bolaños, director de la misma, en aquel momento: Sentimos la necesidad de un sitio que verdaderamente albergara y estimulara, diera apoyo y asesoría, que contribuyera al desarrollo de los fines que persiguen organizaciones sociales, artísticas, deportivas y de todo tipo.
Para este uso social vinculado con la comunidad, tuvo sus antecedentes en el desarrollo de un ambicioso proyecto cultural para el Valle del Guarco.
Desde marzo de 1984 a febrero de 1985 fecha en que se realizaron los Juegos Deportivos Nacionales de Cartago bajo la coordinación de don Rafael Bolaños, el Pirie funcionó como sede de la organización de la actividad. Desde entonces se realizaron las primeras experiencias artísticas consistentes en exprosiciones y cursos en el campo de la plástica. Posteriormente, la Municipalidad de Cartago solicitó al Tecnológico la devolución del edificio, con la intensión de albergar en él oficinas y responder a las peticiones de organizaciones sociales que estaban buscando local. En ese entonces, don Rafael Bolaños fungía como Director del Departamento de Cultura y Deporte del Instituto Tecnológico.
Fue cuando tomó la iniciativa de crear una comisión para que elaborara un proyecto integral que le diera un uso valioso al edificio. Ya como Casa de la Ciudad, en octubre de 1987, se realizaron algunas exposiciones.
Ya en 1988 hicimos un programa formal. Se organizaron 15 exposiciones en el campo artístico, histórico y científico. Para la celebración de los 45 años de fundación de la ciudad de Cartago, se trajeron muchos documentos de Archivos Nacionales de los museos, fotografías, vestimentas, etc. Quedraron registradas unas 18000 personas. En total con 15 exposiciones logramos registrar 35.930 personas.
Gran proyección socio-cultural
La Casa de la Cultura en un corto período ha logrado tener una gran injerencia en la vida social y cultural de Cartago. Desde que abrió sus puertas a las organizaciones existentes, las demandas se multiplican. Gracias a su existencia, las posiblidades para los grupos y los servicios se han extendido hacia la comunidad. Para mcuhos grupos artísticos la existencia de la Casa de la Ciudad ha sido fundamental.
Durante 1988, 6 grupos de danza y 5 de teatro se reunieron regularmente y aprovecharon la infraestructura para desarrollarse y crecer. Ese año funcionaron ocho grupos de teatro. La actividad en este campo ha sido particularmente significativa gracias a la dedicación que le brindó Fernando Vinocour, promotor cultural que colaboró con la Casa de la Ciudad respondiendo al interés de otra de las institucioens que colabora en el proyecto: la Dirección de Cultura del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. En poco tiempo se logró el establecimiento de una sala de teatro.
Desde años atrás. Cartago cuenta con una programación estable. Después de muchos años sin poseer un teatro, Cartago empezó nuevamente a soñar con la presencia de las compañías que llegaban desde el extranjero para presentarse en el Teatro Apoyo antes de proseguir hacia San José. Ahora, gracias a la disponibilidad de espacio, existe y se fortalece la posibilidad de crecimiento de una nueva generación de autores en la ciudad de Cartago.
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